Cuando piensas en smart, seguramente te venga a la cabeza ese cochecito diminuto que parecía hecho para encontrar aparcamiento en sitios imposibles. Pues bien, olvídate de todo eso. El nuevo Smart #5 es una revolución con ruedas, una ruptura total con su herencia compacta, y un salto de fe —eléctrico, claro— hacia un segmento que nunca imaginamos ver bajo el paraguas de esta marca: el SUV mediano-grande, musculoso, y con ambiciones premium.
Del minimalismo a la presencia imponente
Smart ya no quiere ser visto como el “cochecito simpático”. Con el #5, quiere intimidar un poco. El diseño es robusto, agresivo y moderno, con una silueta musculosa que impone desde cualquier ángulo. Al frente, una parrilla (sí, aunque sea eléctrico, tiene parrilla… estética) con iluminación LED integrada y faros afilados que le dan mirada de «no me toques que tengo par motor para rato«.
Las llantas pueden llegar hasta las 21 pulgadas y la altura libre al suelo es considerable, lo que refuerza su estética SUV. En los pasos de rueda y laterales se nota un trabajo aerodinámico más orientado al estilo que a la eficiencia absoluta. Eso sí, mantiene toques futuristas —muy al estilo smart— con detalles como manetas enrasadas, una trasera limpia con una firma lumínica horizontal y techo panorámico flotante.
Interior más cool
El salto cualitativo es espectacular. El interior del smart #5 mezcla tecnología, diseño y una clara intención de competir con los grandes del segmento. El salpicadero se despliega con una pantalla central flotante de 12,8 pulgadas (con opción de hasta 15 si vas por la versión tope), y un cuadro digital que parece sacado de un concept car. ¿Y el sistema operativo? Está desarrollado en colaboración con Geely, y eso significa fluidez, personalización y compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay sin cables.
La calidad percibida ha subido muchos enteros. Hay superficies blandas, iluminación ambiental configurable, y un diseño interior que podría confundirse con el de un Volvo o un Mercedes. No es casualidad: Geely (dueño de Volvo) y Mercedes tienen ambas la mano metida en este pastel.
Los asientos son cómodos, con buena sujeción y ajuste eléctrico en las versiones superiores. El espacio trasero es amplio —muy amplio para un smart— y el maletero ofrece más de 500 litros, lo que lo convierte en una opción perfectamente viable para familias.
Más caballos que nunca
Aquí es donde se cae la mandíbula. El smart #5 podrá contar con versiones de hasta 640 caballos. Sí, lo has leído bien. El modelo base arranque con una configuración de tracción trasera y 340 caballos, mientras que las versiones más altas serán doble motor y tracción total.
En lo que a batería ser refiere, la batería es de óxido de litio, níquel, manganeso y cobalto. Cuenta con una capacidad de 100 kWh, y el motor eléctrico desarrolla una potencia máxima de 267 kW, con un par máximo de 373 Nm. En lo referente a la carga, en corriente alterna es de 22 Kw, y en continúa 420 kW, bajo una plataforma de 800 V.
¿Un SUV divertido? ¡Sí, señor!
En marcha el smart #5 sorprende. No porque sea eléctrico (eso ya lo damos por sentado), sino porque transmite sensaciones muy bien afinadas, especialmente en las versiones con tracción total. El centro de gravedad bajo, gracias a la colocación de la batería, le permite tomar curvas con aplomo, y la dirección es directa, con buena retroalimentación para tratarse de un SUV.
En ciudad, se comporta de forma civilizada. Es silencioso, cómodo y tiene todas las ayudas posibles: cámara 360º, sensores por doquier y asistentes que casi te aparcan el coche solos (aunque tú aún tengas que estar ahí… por ahora). Pero es en carretera donde saca músculo: en las versiones más potentes, el 0 a 100 km/h ronda los 3,5 segundos, lo cual es absolutamente demencial para un coche de este tamaño y peso.
El smart más loco (y lógico) de la historia
El #5 es el coche más ambicioso que la marca ha lanzado jamás. Ya no juega a ser el más pequeño ni el más urbano, sino uno de los más completos de su categoría. Su diseño impone, su interior convence, sus prestaciones impresionan y, lo más importante, ya no es un coche pensado solo para la ciudad.